viernes, 28 de febrero de 2020

ABRIGO DEL REMOSILLO. LA PUEBLA DE CASTRO

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (183-187), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
    Las pinturas fueron descubiertas por un grupo de montañeros, quienes darían noticia de las mismas en 1986. El Museo Provincial de Huesca emprendería ese mismo año el estudio de las figuras, culminándose la realización del calco en las campañas de 1988 y 1989, siendo publicadas parcialmente por V. Baldellou (1987 y 1991c). En 1996 serían objeto de un estudio más amplio (Baldellou; Painaud; Calvo y Ayuso 1996).

LOCALIZACIÓN
    El conjunto se ubica en la zona denominada Remosillo, en el congosto de Olvena, dentro del término municipal de La Puebla de Castro. En un espacio de paredes estrechas por las que discurren las aguas del Ésera y en las que se abren numerosos abrigos y cavidades, se encuentra una oquedad conformada por una ligera inclinación de la propia pared que apenas si ofrece protección natural a las representaciones pintadas. Éstas se distribuyen en cinco paneles o frisos a lo largo de una prominencia rocosa. El principal abrigo decorado se localiza a unos doscientos metros aguas abajo del desagüe de la central hidroeléctrica emplazada en el Congosto de Olvena. El cerramiento del abrigo resulta visible desde la propia carretera; sin embargo, el acceso al  mismo resulta complicado pues hay que descender la empinada ladera hasta el cauce del Ésera en las cercanías del túnel frente al que se abre la estación decorada. Tras el descenso se debe vadear el río para iniciar un ascenso bastante pronunciado ya en la orilla derecha. El proyecto de acondicionamiento de una nueva senda facilitará el acceso al abrigo en un futuro próximo. 
    Al pie de las pinturas se constató la existencia de un débil nivel neolítico con cerámicas impresas y microlitos geométricos. Asimismo, se debe destacar la relativa proximidad de la estación decorada al yacimiento de la Cueva del Moro de Olvena con interesantes niveles de ocupación neolítica, bronce antiguo medio y bronce final.
DESCRIPCIÓN
    El mayor número de representaciones se concentra en el panel 1. Éstas, distribuidas en distintos planos o alturas con respecto al suelo que varían entre los 50 cm hasta aproximadamente los 3m, fueron representadas en color rojo carmín y siguiendo unas convenciones esencialmente esquemáticas, si bien algunas figuraciones zoomorfas responderían a patrones más próximos al denominado subnaturalismo. 
    La complejidad de la estación decorativa se ve refrendada por las 40 representaciones que contiene, algunas de ellas mal conservadas. De entre todas destacan las contenidas en dos paneles, uno con figuraciones de cuadrúpedos subnaturalistas, y otro con una compleja escena esquemática en la que aparecen representados carros tirados por zoomorfos. 
    En el primer panel se representaron una serie de pequeños cuadrúpedos orientados a la derecha con patas lineales, larga cola y orejas de aspecto apuntado que se han interpretado como posibles cánidos. Más a la derecha se representaron hasta nueve cuadrúpedos de estilo subnaturalista, que en algún caso superan los 20 cm de longitud, caracterizados por presentar una larga cola, patas rígidas y sin detalles ligeramente oblicuas para representar el movimiento, y una serie de desproporciones que en algunos casos se traduce en el tamaño de la cabeza, excesivamente grande, y en otras en un notable alargamiento del cuello. Es tónica general que en todas estas figuras zoomorfas se representaran las orejas, y que el morro aparezca preferentemente orientado hacia el suelo.
    Destaca asimismo la representación de un gran ramiforme formado por un gran trazo vertical del que surgen otros cuatro a cada lado en lo que se ha definido como forma de arcos de círculos concéntricos (Baldellou et alii 1996). Una línea oblicua, aunque tendente a la horizontalidad corta parcialmente el extremo superior del eje vertical, encontrando un especial desarrollo de su longitud hacia la izquierda. 
   El segundo sector, distante unos 4 metros del anterior en dirección Norte, contiene exclusivamente representaciones de estilo esquemático, todas ellas realizadas con la misma tonalidad cromática, rojo castaño. En este panel las representaciones humanas resultan relativamente abundantes y, lo que es más significativo, aparecen recreando escenas de difícil interpretación. 
   La primera es la formada por dos representaciones humanas y un pectiniforme totalmente esquemáticos, realizadas mediante un simple trazo vertical, dos oblicuos para figurar las piernas y otros dos para los brazos. Si bien no se destaca la cabeza, ésta se individualiza por medio de adornos, en un caso un tocado de cuernos curvos y en otro con una ligera protuberancia. El antropomorfo de la derecha alza su brazo izquierdo arqueándolo juntándose con el tocado de la otra representación humana. 
    Más a la derecha se desarrolla una de las escenas más impresionantes de todo el arte esquemático de Aragón. Ésta se compone de un grupo de zoomorofos, antropomorfos y carros, que aparecen como las figuras centrales de la composición. Estos últimos se forman a partir de dos o tres largos trazos ligeramente inclinados en cuyo extremo derecho se representaron dos figuras zoomorfas esquemáticas orientadas a la derecha, y cuyas protuberancias curvas en la cabeza hacen que se identifiquen como bóvidos. 
    Éstos aparecen uncidos a los trazos citados y relacionados entre sí por medio de otro más fino que parte del morro del animal ubicado en la zona superior con respecto al lomo del otro. En la zona distal de los trazos superiores y en la medial de los inferiores se representaron, a ambos lados de las líneas, semicírculos dobles que en opinión de algunos investigadores representarían las ruedas de los carros, mientras que para otros se trataría de algún tipo de medio de transporte por arrastre (narrias o trineos). De uno de los travesaños del conjunto inferior parece colgar un objeto en forma de peine de difícil interpretación. 
    La escena se completa con otros dos zoomorfos que marchan al lado de los carros, y que se han identificado como cápridos, si bien no se podría descartar la posibilidad de que se tratasen de animales de la misma especie de la que aquellos que tiran de los carros, así como con un pequeño cuadrúpedo identificado como un cánido, cuatro representaciones humanas y dos de carácter más abstracto. 
    Dos de estas figuras antropomorfas aparecen unidas, tal vez cogidas por el brazo, evidenciándose una serie de marcadas diferencias que las individualizan. Así, la figura de mayores dimensiones, de aspecto subnaturalista, aparece tocada en la cabeza con un adorno o peinado en el que se dejan ver hasta ocho trazos finos y alargados como plumas, mientras que una prolongación del eje vertical sirve para representar el sexo del individuo. La otra figura, en la que no se plasma el sexo, es también de menores dimensiones y carece de adorno en la cabeza, aunque se pintaron los dedos de las dos manos y de los pies. 
    A su derecha aparecen dos nuevas figuras humanas, éstas de tendencia más esquemática aunque en un caso se representaron también los dedos de pies y manos, el sexo y una especie de tocado o peinado resuelto con una serie de finos trazos en la parte izquierda de la cabeza. Junto al brazo derecho del antropomorfo se representó un largo y fino trazo que pone en relación a la figura humana y un signo cercano con uno de los carros, casi a modo de rienda con la que dirigirlo. La otra figuración humana no presenta ningún tipo de elemento diferenciador, adorno o tratamiento especial con la excepción de la representación del sexo como una mero prolongación del trazo vertical que compone el cuerpo. 
    Entre los dos antropomorfos aparece un signo cerrado de tendencia circular con una serie de pequeños puntos en su interior. El mismo tema, aunque de mayores dimensiones y con una morfología oval o cuadrangular, aparece figurado entre la escena de los antropomorfos cogidos por el brazo y el que parece dirigir el carro. 
    El resto de figuraciones del conjunto, repartidas por los sectores 3 a 5 que se ubican entre unos 35 y 45 metros con respecto al segundo, se corresponden con manchas de color, trazos inidentificables y barras verticales.








viernes, 21 de febrero de 2020

INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA SUBACUÁTICA EN LAS CUEVAS DE MALLORCA

Por Manuel J. Fumás Soldevilla, licenciado en historia por la UNED, doctorando en Historia y Arqueología Marítima por la universidad de Cadiz y vicepresidente de la Sociedad Nacional de Arqueología Subacuática.
   Los navíos antiguos que unían la ruta marítima entre la península Itálica con la Ibérica solían fondear, desde antes del siglo II a.C., en la bahía de Alcudia (Mallorca) para abastecerse de agua. Allí, a un centenar de metros del mar, se abre una oquedad, llamada Fuente de Ses Aiguades, en la que introducían ánforas mediante un sistema de poleas y cuerdas para llenarlas agua, pero muchas no se recuperaban, ¿por qué? un misterio que intentan descubrir  los responsables del Proyecto IASCM (Investigación Arqueológica Subacuática en las Cuevas de Mallorca), que se preguntan si es que se les rompía el sistema de alzamiento o las arrojaban directamente como ofrendas a este pozo hallado en 1998 por un grupo de espeleobuceadores del Grupo Norte de Mallorca y la Sociedad Espeleológica Balear (GNM y SEB). 


   Hasta ahora, la datación de las vasijas se había realizado mediante comparaciones con otras semejantes, siendo mayoritariamente de producción romana tarraconense. Pero en agosto pasado se llevaron a cabos nuevas inmersiones realizando novedosas técnicas de prospección como los sistemas de radiolocalización, sistemas de geolocalización de mapeo por hilo guía, fotogrametría 3D y sondeos estratigráficos. 

   
   Estas técnicas utilizadas junto a los futuros estudios microscópicos (polen, sedimento, cerámica y huesos de animales extinguidos), les permitirá conocer de un modo global este yacimiento único en el mundo. “Los resultados del laboratorio nos permitirán, además de conocer mucho mejor la cavidad, la datación exacta de las ánforas y responder a las preguntas hasta ahora sin respuesta”, explica Fumás.

   
   El acceso a la Fuente de Seis Aiguades se realiza a través de una galería vertical de unos 6 m de altura con una sección aproximada de unos 0,90 x 0,60 m. que conduce directamente a una  sala donde se ubica el yacimiento arqueológico, de unas dimensiones aproximadas de 16 x 14 m, y con una profundidad de hasta -14 m. Es la entrada a una cueva de agua dulce, con alto grado de cloruros, que llega a tener un desarrollo total de 180 m, de los cuales la mayor parte son subacuáticos, sin embargo, son abundantes las cámaras de aire repartidas  por toda la gruta. De sus techos cuelgan estalactitas. 


   Fue descubierta por el equipo científico de Xisco Gràcia hace casi 20 años, que halló en su fondo gran cantidad de material arqueológico, recuperando 189 ánforas y recipientes correspondientes tanto a época romana republicana, como a islámica o a los siglos  XVIII y XIX. En su interior también se hallaron restos óseos de animales, como el Myotragus, una especie caprina desaparecida que habitaba la isla hace 5.000 años.

   
   El estudio, cuyos resultados se comenzarán a conocer este año, determinará si la cueva fue utilizada como refugio, santuario medicinal ( a causa de las propiedades del cloro de sus aguas) o fue solo un punto de abastecimiento de agua. “El misterio estriba en por qué hay tanta concentración de ánforas. No es normal. Se pudo caer alguna, al romperse la polea, pero no casi 200. Algunos investigadores como Enric Colom, del Institut Català d'Arqueologia Clàssica, quién está analizando el material anfórico de la cavidad, opina que pueda tratarse de alguna especie de santuario relacionado con la navegación y las divinidades acuáticas, siendo estas ánforas, ofrendas a alguna divinidad protectora. 


   Muchas de las ánforas ya extraídas presentan estampillas con letras de sus centros productores, los denominados Titulus pictus que es un tipo de inscripción usada en la antigüedad. Se trata de un epígrafe de carácter comercial (que especifica por ejemplo origen, destinatario, contenido, etc.) llevado a cabo sobre algún objeto (frecuentemente ánforas). Pero también se han hallado jarras de época islámica, así como cangilones y recipientes de producción local y de época moderna de entre los siglos XVIII y XIX. Los historiadores del equipo han encontrado documentos fechados en 1738 que hacen también referencia a esta fuente "como lugar de importancia militar”.

domingo, 16 de febrero de 2020

CUEVA PALOMERA. ALQUEZAR (PARQUE CULTURAL DEL RÍO VERO)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (151-153), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
   En el contexto de las prospecciones sistemáticas iniciadas por el Museo Provincial de Huesca desde 1978, con el objeto de localizar y documentar abrigos con arte rupestre, es donde se debe enmarcar el descubrimiento del conjunto rupestre de la Cueva Palomera. Será en 1982 cuando se publiquen los resultados del estudio realizado sobre las pinturas de la estación referida (Baldellou, Painaud y Calvo 1982), si bien serán recogidas en trabajos posteriores (Baldellou, Painaud y Calvo 1983) y en otros de índole general.
LOCALIZACIÓN
   La denominación de “cueva” aparece justificada en este caso. Se trata de una gran oquedad abierta en el barranco de la Fuente, cercana de la villa de Alquézar, que alcanza los 45 metros de longitud, 17 metros de altura y 28 de profundidad máxima.
   El trayecto hasta la cueva resulta relativamente fácil, ya que basta con seguir el cauce del río, si bien el acceso aparece más complicado por la escarpadura que hay que salvar para llegar a la cavidad, a la que se llega por un estrecho paso colgado directamente sobre el cauce del río.
DESCRIPCIÓN
   Las representaciones contenidas en la estación se distribuyen en tres sectores bien diferenciados desde el punto de vista temático y cromático, aunque no estilístico. En el primer sector aparecen una serie de puntuaciones o cortas digitaciones de color negro que en un caso se ordenan en cuatro alineaciones verticales y paralelas entre sí con un número de puntos que varía entre 10 y 12. A escasos centímetros de esta formación, y también realizadas en negro, se reconocen tres cuadrúpedos esquemáticos y otros dos posibles, que responden a los patrones más esquemáticos, pudiéndose definir como pectiniformes. Un mera línea horizontal hace de cuerpo mientras que cuatro verticales más cortas representan las patas. Tan sólo en un caso se adivina un corto trazo vertical en el extremo izquierdo de la figura, configurando una oreja. 
   En el sector 2 las representaciones se confeccionaron en color rojo oscuro, aunque mantienen criterios esquemáticos o semiesquemáticos de aspecto bastante tosco. En esta zona aparecen, junto a restos y manchas informes, dos claros cuadrúpedos y otros dos dudosos, con la particularidad de que uno de ellos se representaría con las patas hacia arriba, como muerto, interpretación que vendría avalada por un trazo lineal clavado en el dorso del animal y que podría tratarse de una especie de flecha o venablo. 
   En cuanto a las representaciones humanas se aprecia una diferenciación estilística. Una se plasmó mediante un mero trazo vertical para el cuerpo, otro horizontal para los brazos y uno oblicuo para una pierna; en el otro caso la cabeza adquiere cierto volumen, quizás con un tocado, brazos arqueados y hacia abajo, mientras que el cuerpo fue tratado muy sencillamente engrosando la zona inferior a modo de dos piernas muy cortas y gruesas o como una posible falda. 
   En el último de los sectores tan sólo se reconoce un trazo vertical o digitación que se desarrolla en paralelo a una colada calcítica de la roca.


viernes, 14 de febrero de 2020

ABRIGOS DE VIÑAMALA. ALQUEZAR (PARQUE CULTURAL DEL RÍO VERO)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (150), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
   La localización del abrigo decorado se debe a los trabajos de prospección realizados por el Museo Provincial de Huesca, realizando el calco de sus representaciones entre 1986 y 1987, dándolo a conocer V. Baldellou (1986-1987; 1987; y 1991a).
DESCRIPCIÓN
   Los tres abrigos que componen el conjunto se encuentran en el término municipal de Alquézar, dentro de la partida que da nombre a los propios conjuntos. Se ubican en una zona montañosa, de abruptas escarpaduras que enmarcan el río Vero al que se abren los abrigos decorados. 

LOCALIZACIÓN
   La distribución de las figuraciones en los tres abrigos resulta diferenciada, si bien en todos ellos se encuentra representado un único estilo artístico, el esquemático. Así, en el primero de los abrigos se conservan 10 restos pictóricos entre los que destacan los meros trazos lineales, si bien también se plasmaron cruciformes, todos ellos de color rojo. La temática y estilo resultan afines para las figuraciones de la segunda cavidad, localizada al Sur de la primera, estando representados los trazos verticales y cruciformes, advirtiéndose nuevos motivos como elementos circulares e incluso un ancoriforme, tradicionalmente asignado a una temática en la que el sujeto es la figura humana. Tan sólo dos representaciones mal conservadas, al menos una de ellas definida como una barra vertical, se observan en el tercero de los conjuntos localizado al Sur de los anteriores.




viernes, 7 de febrero de 2020

ABRIGOS DE QUIZÁNS. ALQUEZAR (PARQUE CULTURAL DEL RÍO VERO)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (148-149), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
    Las prospecciones sistemáticas que viene realizando el equipo del Museo Provincial de Huesca desde 1978, han dado numerosos e importante resultados. En este contexto encuentra explicación el hallazgo de las pinturas rupestres de Quizáns.
   Será a principios de la década de los ochenta del s. XX cuando se publiquen los resultados del estudio realizado sobre estas pinturas (Baldellou, Painaud y Calvo 1982), que recibirán un tratamiento algo más específico en publicaciones posteriores (Baldellou, Painaud y Calvo 1982).
LOCALIZACIÓN
   Los abrigos de Quizáns se localizan en el término municipal de Alquézar, en dirección Norte-Noroeste de la localidad, a unos 1100 m.s.n.m. Las covachas se abren en la margen izquierda del río Vero, en la zona denominada de Las Clusas. La ubicación en la parte alta de las afloraciones rocosas de la partida que da nombre a las estaciones, les permite dominar un amplio paisaje en el que se aprecia el cauce del río, convirtiendo su posición en un perfecto observatorio.
   Son dos las cavidades que presentan restos pictóricos. La primera de ellas fue empleada como corral para guardar ganado, y aún se mantiene en pie parte de las paredes de piedra seca que componían el recinto. Se trata de un abrigo de notables dimensiones que alcanza los 23 metros de longitud y los 10 de profundidad máxima. Las pinturas se localizan en la zona más profunda, componiendo un único panel.
   En éste, junto a manchas y trazos diversos, se reconocen dos representaciones animales de color rojo. La primera se corresponde con un cérvido semiesquemático orientado a la derecha, de cuerpo alargado en el que es posible diferenciar el cuello e incluso la cruz del animal. Las patas están mal conservadas, aunque se adivinan cortas y rígidas, sin detalles anatómicos, que infieren a la composición un aspecto estático. De la cabeza surgen dos astas en perspectiva torcida y formadas por dos trazos lineales verticales de los que surgen, en ambos casos exclusivamente en su lateral derecho, una serie de cortos trazos ligeramente inclinados hacia arriba a modo de candiles.
   La segunda de las figuras se identifica como un pequeño cuadrúpedo, tal vez un cáprido, con la misma orientación que el cérvido, pero de cuerpo más tosco y robusto, apreciándose dos pequeñas protuberancias paralelas en la cabeza como indicadores de la cornamenta. El abrigo de Quizáns II se localiza a unos 30 metros al Oeste del primero y responde a unas dimensiones mucho más modestas. En éste, tan sólo es posible reconocer una figura acompañada de restos pictóricos inidentificables o manchas. Se trata de un posible antropomorfo de algo más de 50 centímetros de longitud, realizado en un estilo muy tosco, sin que se aprecien determinadas partes del mismo, como la cabeza. Los brazos caerían a ambos lados del cuerpo, mientras que las piernas se representarían excesivamente cortas, dando una apariencia desproporcionada al antropomorfo. 
   Lo más destacable de esta representación es su evidente relación con una colada de calcita que surge de la pared, que estaría integrada en la propia figura. El aprovechamiento de accidentes naturales en esta figura se evidenciaría también en la plasmación de las extremidades inferiores, que parecen estar en función de dos pequeños rehundidos en la pared.





RUTA AL ABRIGO DEL FORAU DEL COCHO

  Manuel Bea Martínez y Paloma Lanau Hernáez (coords.).  Editado por IEA / Diputación Provincial de Huesca, 2021. ITINERARIOS A CONJUNTOS RU...