Cronología
Desde un punto de vista cronológico pensamos que pueden haber existido varios momentos de plasmación de imágenes, fundamentados precisamente en la diversidad de convenciones y su posición en la estratigrafía iconografía.
Por un lado estaría el amplio repertorio de manos en negativo realizadas en ocre rojo que posiblemente y basándonos en los paralelos existentes en otras cavidades, algunas de ellas datadas objetivamente, puedan ser encuadradas en un horizonte cultural Gravetiense.
Según la propuesta cronológica del arte rupestre paleolítico de A. Leroi–Gourhan (1966), las manos en negativo, relativamente aisladas, pueden atribuirse a distintos períodos. En la cueva de Gargas (Ariège, Francia) se encuadran entre los estilos ll y lll al igual que otras manos como las del Castillo en Cantabria o como las de Pech-Merle (Lot, Francia). Algunas aisladas, como las de Font-de-Gaume o las de Les Combarelles (Perigord, Francia), podrían situarse en el estilo IV antiguo.
Las dataciones por C14 han supuesto una revolución para establecer una cronología del arte rupestre, ya que con una mínima muestra se puede conseguir una fecha de gran fiabilidad. En este sentido contamos con las dataciones de 27.110 ± 390 (GIF A 92 409) y 26.360 ± 400 (GIF A 92 349) B.P. para una de las manos negativas negra (MR7) de la Grotte Cosquer (Marsella, Francia) (Clottes et alii, 1992).
A lo largo de la historia de la investigación de la Grotte de Gargas (Hautes–Pyrénées) diversos autores propusieron la hipótesis de que las manos y las series de grabados pudieran ser contemporáneos, teniendo en cuenta que las figuras incisas habían sido encuadradas por sus paralelos en objetos de arte mueble en un horizonte cultural perigordiense superior o
gravetiense (Nougier, 1984). Pero recientemente esta cueva ha entrado a formar parte de las estaciones con figuras rupestres datadas por métodos físico-químicos. A pesar de que algunas manos negativas están pintadas con el halo de color negro, el análisis de pigmentos demostró que éstas se habían realizado con manganeso (Clot, Menu y Walter, 1995) y por tanto no podían ser fechadas. Pero recientemente, al volver a revisar la cavidad pirenaica se produjo el sensacional hallazgo de unas pequeñas esquirlas de hueso en una de las grietas de la cueva muy próxima a una de las manos situada en el panel iv de la sala I. Una vez analizados estos restos óseos mediante el acelerador de partículas se obtuvo una datación de 26860±460 bp (gifa92369) (Clottes et alii, 1992).
De forma indirecta poseemos otra datación radiométrica, en este caso para la cueva de la Fuente del Salín (Cantabria). Esta cueva tiene una unidad temática restringida a representaciones de manos y el yacimiento hallado en el interior de la cavidad sólo posee un nivel arqueológico. Precisamente en este estrato se encontró un hogar que fue datado en 22340±510 /480 bp (GrN18574) (Moure Romanillo y González Morales, 1992). Si tenemos en cuenta que se trata de un conjunto cerrado se puede inferir que el hogar estuvo encendido cuando se pintaron las manos y por lo tanto la fecha de las mismas debe de ser similar a la del hogar.
Dado que existen otras dataciones radiocarbónicas que encuadran este tipo de manifestaciones en estadios iniciales del Paleolítico Superior y que las manos siempre aparecen por debajo de otras representaciones, es factible considerar una cronología antigua para las manos de la Fuente del Trucho, posiblemente un Gravetiense.
Por otra parte pensamos que el conjunto de grabados del panel XXII posee una cronología similar. Desde el punto de vista estilístico, con un grabado profundo, escasez de detalles, etc., creemos que debe ser situarse en el estilo ii de A. Leroi-Gourhan y por lo tanto en un horizonte cultural de inicios del Paleolítico Superior.
El resto de representaciones, es decir los zoomorfos e ideomorfos pintados en ocre rojo, dadas las convenciones estilísticas que presentan algunos de ellos, pico de pato, M ventral, despieces detallados, ausencia de determinadas partes del cuerpo intencionalmente omitidas, movimiento, etc., nos inclina a atribuirlos a una fase avanzada del paleolítico Superior en un estilo IV de Leroi–Gourhan y por lo tanto asimilable a un solutrense final o magdaleniense inicial.
Por último y de forma aislada tenemos el conjunto de tres manos pintadas en negro y las series de puntos organizados que aparecen en la parte superior de la estratigrafía iconográfica. Posiblemente haya que asociar estas representaciones a la fase final antes descrita ya que las series de puntuaciones organizadas en algunos casos adoptan la configuración de ideomorfos de carácter masculino que cronológicamente se encuadran en el sistema cronológico de A. Leroi–Gourhan en el estilo IV reciente.
El establecer un marco cronológico para la cueva de la Fuente del Trucho, resulta complejo, precisamente por la ausencia de determinadas superposiciones que por lo menos nos permitan hacer un encuadre estilístico. En definitiva, comprobamos que existe un primer momento encuadrable en el gravetiense. Posteriormente se documentan otras pictografías cuya cronología es aún más imprecisa si cabe, aunque creemos que se posicionaría en un momento transicional entre el solutrense final y el magdaleniense inicial.
Hay varias dataciones de las excavaciones llevadas a cabo hace unos años con una gran variabilidad pero dentro de los márgenes que proponemos para la mayor parte de las representaciones de manos. Por otra parte mucho más reciente ha sido la publicación de los resultados de las dataciones de las series de uranio de este mismo yacimiento que sin embargo a nosotros nos parecen demasiado antiguas, como en general las obtenidas por este método. Esperamos que en un futuro próximo las técnicas de datación avancen sustancialmente y permitan la posibilidad de fechar otros materiales que no sólo sea el carbón.
Conclusión
A lo largo de las páginas precedentes hemos podido apreciar la calidad e importancia de las representaciones de la cueva de La Fuente del Trucho, fundamentalmente de manos. Esta significación viene dada no sólo por el hecho de hallarse aislada en una zona geográfica carente por el momento de otras estaciones con representaciones superopaleolíticas. Esperamos que en breve las autoridades de la Comunidad Autónoma de Aragón consigan resolver los problemas administrativos relacionados con la cavidad y podamos proseguir y concluir el estudio de esta excepcional cavidad. El análisis de la documentación fotográfica con la que contamos y la aplicación de algoritmos específicos nos está aportando gran cantidad de nuevas figuras que nos habían pasado desapercibidas con anterioridad. No se trata sólo de nuevas representaciones de manos, sino de abundantes zoomorfos.
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