CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (167-169), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón
HISTORIA
El hallazgo de este abrigo se enmarca en el contexto de los trabajos de prospecciones intensivas realizados por el Museo Provincial de Huesca dirigidos por V. Baldellou, siendo dado a conocer en 1989 (Baldellou; Painaud y Calvo 1989).
LOCALIZACIÓN
El abrigo forma parte de la misma partida conocida como Fajana de Pera, si bien el posterior descubrimiento de este abrigo con respecto a los otros ubicados en la misma zona y ya publicados con anterioridad (Beltrán 1971; 1971-1972 y 1972) haría que se variara la denominación del conjunto con el objeto de evitar confusiones (Baldellou; Painaud y Calvo 1989: 148). La ubicación del friso decorado resulta estratégica, al encontrarse próximo a la confluencia del barranco de la Choca con el río Vero. El abrigo, que se abre a 760 m.s.n.m. en el monte de Lecina, domina desde lo alto del barranco el curso del mismo, alcanzando unas dimensiones notables en su desarrollo, traducidas en casi 20 metros de longitud por algo más de 12 de profundidad desde el que se obtiene una de las panorámicas más espectaculares de todo el Vero.
DESCRIPCIÓN
Las representaciones se distribuyen en seis sectores diferentes a lo largo del abrigo. De entre éstas destacan por su número las digitaciones o trazos lineales, entre los que cabe resaltar un conjunto realizado en negro y compuesto por 15 trazos cortos verticales y paralelos dispuestos en una fila ligeramente inclinada. Por delante de esta “procesión” aparece la figura de un cuadrúpedo esquemático en el que el trazo horizontal que conforma el cuerpo se curva ligeramente en sus extremos y hacia arriba para remarcar la cola y la cabeza del animal, de la que surgen dos toscos trazos identificados como las orejas.
En el sector 3 se identifican tres representaciones animales de cuerpos gruesos y patas conformadas por meros trazos lineales verticales y muy finos, sin que se destaquen otros rasgos, con excepción de la cola, que permitan definir la especie. En relación con éstas aparece una figura antropomorfa esquemática con el brazo izquierdo levantado y las piernas dobladas adoptando una morfología en “asa”. Lo más destacable de las representaciones animales referidas es el empleo del color gris para la conformación de la zona superior del cuerpo y las patas, mientras que se aprovecharon sendas formaciones calcíticas de tonalidad blanquecina para simular la zona abdominal de los animales.
Junto a diversos signos de tendencia esquemática (trazos lineales verticales u oblicuos cruzados transversalmente por otros trazos lineales y paralelos entre sí), restos inidentificables o manchas, presentes en todos los
sectores de la estación decorada, aparecen en el sector 5 las figuraciones mejor conservadas. Éstas no se corresponden con la tendencia esquemática observada en los casos anteriores, sino que obedecen a convenciones tendentes a un mayor naturalismo. Destacan dos figuras de tamaños diferentes pero muy próximas entre sí y con iguales rasgos estilísticos que parecen formar una misma escena. Una de ellas se define por su cuerpo masivo, de tendencia redondeada en los cuartos traseros, de los que surge una pequeña cola que aparece estirada, cuatro
trazos verticales representan las rígidas patas del animal, mientras que de la cabeza surgen dos trazos verticales identificados con las orejas, destacando el diseño, hasta cierto punto correcto, del hocico y la papada de lo que se define como bóvido. A escasos centímetros por encima y a la derecha de este conjunto de figuras, y tal vez en relación con éste, se observa un nuevo cuadrúpedo de menores dimensiones y más estilizado, aunque no esquemático. Se caracteriza por una larga cola y unas orejas puntiagudas junto a un hocico fino y apuntado que ha hecho que se defina como un posible cánido.
En el último panel, y alejado unos dos metros a la izquierda del anterior, se constata la presencia de una figura de ciervo orientado a la derecha y de aspecto subnaturalista tosco, también de color negro, con algunas convenciones propias del esquematismo, como la representación de la cornamenta
formada por dos finos trazos verticales de los que surgen otros más pequeños hacia el exterior.
