jueves, 23 de abril de 2020

COVACHO GRANDE DE LAS ESCALERETAS. LECINA - BÁRCABO (PARQUE CULTURAL DEL RÍO VERO)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (162-163), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
    El descubrimiento de estas pinturas se deben a P. Minvielle quien apuntó la existencia de las pinturas rupestres en una breve nota sobre montañismo (Minvielle 1968). El conjunto fue estudiado por A. Beltrán un año después de la publicación de Minvielle, obteniendo como resultado un análisis preliminar de las representaciones que serán recogidas en la monografía que recoge las pinturas esquemáticas de Lecina (Beltrán 1972).
LOCALIZACIÓN
    Colgado en el mismo farallón que el abrigo de Lecina Superior, unos metros por debajo de éste pero en su misma vertical, el Covacho grande de las Escaleretas se encuentra muy expuesto a la luz, contando con un gran desarrollo longitudinal que supera los veinte metros, aunque resulta poco profundo. La propia pared del abrigo se desarrolla en un plano inclinado, lo que aumenta la acción de los agentes atmosféricos sobre la superficie rocosa que aparece muy afectada por desconchados. Continuando el farallón en el que se encuentra el abrigo decorado encontramos una pequeña vía ferrata equipada con un pasamanos de sirga metálica que permite salvar un estrecho paso que se abre casi directamente sobre el cortado, y en el que encontramos un precioso arco natural.
DESCRIPCIÓN
    En el abrigo, de una gran longitud, es posible establecer tres zonas o paneles con restos de pintura. En el primer sector decorado se constata tan sólo la existencia de dos restos de color rojo vivo, tendentes al anaranjado. El primero es un mero trazo lineal vertical mientras que el segundo, a escasos centímetros a la derecha del anterior, se podría definir como una especie de signo en V invertida con dos cortos trazos oblicuos orientados a la izquierda en los extremos inferiores y una ligera prolongación del vértice, sería interpretada por Beltrán como la mitad inferior de una representación humana (Beltrán 1972: 9). En la zona media del friso decorado aparece el segundo conjunto de restos pictóricos compuesto por una serie de trazos lineales cortos de color rojo y una dedada, sin que sea posible advertir morfología alguna definida, con la excepción de un signo en forma de punta de flecha parcialmente conservado. En el tercer panel decorado, situado casi en el extremo terminal del friso, se aprecian restos bastante perdidos de pequeñas dedadas, así como un signo de color rojo oscuro en forma de punta de flecha compuesto por dos trazos oblicuos y uno central vertical con el vértice hacia arriba en el que se aprecia una pequeña prolongación, y que podría verse como el tronco, brazos y cabeza de un antropomorfo esquemático.


sábado, 18 de abril de 2020

COVACHOS DE GALLINERO. LECINA-BÁRCABO (PARQUE CULTURAL DEL RÍO VERO)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (159-161), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
    Fue P. Minvielle el descubridor de estas pinturas, recogiendo su existencia en una breve publicación en la que también se hace mención a otros conjuntos decorados de la zona (Minvielle, 1968). Un año más tarde sería estudiado por A. Beltrán, ofreciendo una aproximación a las mismas en 1971, y dedicando un espacio más amplio en la monografía sobre los abrigos esquemáticos de Lecina (Beltrán, 1972). Los estudios más recientes son los realizados por P. Hameau y A. Painaud en los que se ofrece un nuevo calco del conjunto (Hameau y Painaud, 1997 y 2006-2008).
LOCALIZACIÓN
    En el término municipal de Lecina, en una zona dominada por múltiples covachos y abrigos cuya abundancia otorga el nombre de Gallinero a la zona, se abren cuatro abrigos que responden a la misma denominación. Muy cercanos a la confluencia de los barrancos de la Choca y del Basender, su altura con respecto al cauce del río les permite dominar buena parte de su recorrido.
    La ubicación de los abrigos, aunque cercanos entre sí, resulta difícil e incluso arriesgada en algún caso, debiendo salvar desniveles verticales sobre el propio barranco.

DESCRIPCIÓN
    Las pinturas del abrigo de Gallinero I están realizadas mediante trazos lineales finos de estilo esquemático con el que se representan una serie de zoomorfos de apariencia un tanto descuidada de manera que no resulta extraña la representación de una sola pata trasera. Otros restos figurativos se podrían corresponder con una posible representación humana tipo “salamandra” y esquematizaciones de astas de ciervo.
    El abrigo de Gallinero II se encuentra sobre el anterior, de manera que para acceder a él se debe ascender por la pared casi vertical. Las pinturas se encuentran en la zona derecha de la cavidad, algunas de ellas en la parte más exterior, lo que ha dificultado su conservación. Con todo, este conjunto resulta el más espectacular de los cuatro.
    En éste se definen hasta 52 representaciones, la mayor parte de ellas pertenecientes a cuadrúpedos de diferentes especies, si bien también se constata la presencia de antropomorfos, símbolos soliformes, arboriformes y signos de interpretación dudosa. 
    A pesar del alto grado de esquematismo empleado en la realización de los animales, Beltrán identifica la presencia de bóvidos; posibles équidos, uno de ellos montado por una esquematización humana en “phi”; y cápridos. En un caso, y a pesar de la simplicidad de los trazos en la representación del cuerpo y de las patas, dos líneas verticales fueron bien modeladas adoptando la forma de unas largas orejas que podrían identificar al animal como un posible asno. Merece destacarse que algunas de estas figuras animales fueron representadas en grupos numerosos, quizás verdaderos rebaños, adoptando una disposición oblicua ascendente, tal vez con la intención de captar la acción de subir las escarpadas laderas de los barrancos que enmarcan la composición.
    El acceso a Gallinero III se realiza a partir del anterior, si bien resulta difícil al tener que subir nuevamente por la pared vertical. Son dos las cavidades que componen Gallinero III, la A y la B. En la primera de ellas tan sólo se cuentan seis figuras, desigualmente conservadas y en las que es posible definir dos soliformes y otros tantos cuadrúpedos todos ellos del mismo estilo esquemático presente en los anteriores conjuntos. En el abrigo de Gallinero III B, cavidad localizada al Norte de la anterior, se definieron un cruciforme de gruesas líneas y diversas figuras animales, algunas de ellas con dos trazos interpretables como orejas o cuernos.



viernes, 17 de abril de 2020

ABRIGOS DE BARFALUY. LECINA-BÁRCABO (PARQUE CULTURAL DEL RÍO VERO)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (159-161), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
    Los conjuntos decorados fueron descubiertos en el transcurso de las prospecciones arqueológicas llevadas a cabo por el equipo del Museo de Huesca durante los años ochenta del pasado siglo. Tras el estudio pormenorizado de las mismas y la confección de los calcos serían publicadas con motivo del 50º Aniversario de la revista Empuries (Baldellou et alli 1993c), si bien fueron objeto de una breve publicación de carácter divulgativo con anterioridad (Baldellou 1992a).
Abrigos de Barfaluy
LOCALIZACIÓN
    Los abrigos se abren en las altas paredes calcáreas del barranco de la Choca, no muy lejos de su confluencia con el río Vero y cercanos al conjunto de la Fajana de Casabón. El acceso a los conjuntos decorados, que ocupan los diferentes covachos que se abren contiguos unos a otros, se realiza a pie siguiendo una pista o senda de los carboneros bien señalizado que parte de Lecina. El trayecto, relativamente duro, culmina en unas escaleras metálicas que permiten el acceso a una especie de amplia cornisa donde se abren las cavidades. En alguna de éstas es posible observar los restos de antiguos arnales hoy en desuso. 
    El paisaje desde los abrigos decorados resulta impresionante, dando la sensación de estar prácticamente colgados de las paredes verticales que conforman el barranco, permitiendo, asimismo, establecer contacto visual con otras zonas decoradas, como Cueva Palomera.
DESCRIPCIÓN
    La totalidad de las representaciones contenidas en estas estaciones se corresponden con antropomorfos, cuadrúpedos o signos esquemáticos. El estado de conservación de algunas de estas pinturas, unido a la singularidad de las mismas y a las escenas representadas hacen de estos abrigos unos de los más interesantes del conjunto esquemático del Parque Cultural del Río Vero. 
    En este sentido destacan los antropomorfos esquemáticos de Barfaluy I, en los que se resaltaron los dedos de los pies y de las manos. Una de estas representaciones parece tirar mediante una cuerda de un objeto (tal vez un trineo o narria o quizá un cuadrúpedo esquemático sin extremidades inferiores) sobre el que descansa otro antropomorfo. A la derecha de esta escena aparecen una serie de figuras, igualmente esquemáticas y con la misma tonalidad. Una figura humana orientada a la derecha se representó con las piernas y los brazos abiertos destacándose en las extremidades, como ocurre en el caso anterior, los dedos que varían en número de cuatro y tres. Asimismo, entre las piernas y sin que se aprecie contacto directo con la figura se plasmó un punto redondeado de pequeñas dimensiones. A escasos dos centímetros de la cabeza del antropomorfo se plasmó una especie de signo en forma de Y invertida con el trazo central bastante alargado, tal vez la figura de otro antropomorfo inacabada. Por debajo de la representación definida aparecen una serie de trazos mal conservados y dos cuadrúpedos esquemáticos de color rojo anaranjado. Los animales, figurados en el mismo plano horizontal, se pintaron mediante un simple trazo para la representación del cuerpo que termina en ambos extremas en ligeras inclinaciones para señalar la cabeza y la cola del animal, que en un caso se muestra doblada. Dos trazos verticales indican las orejas de los zoomorfos, mientras que otros cuatro representan las patas. 
    En el sector 3 del abrigo aparece un signo compuesto por trazos en forma de W distribuidos verticalmente y yuxtapuestos entre sí.
    En el abrigo de Barfaluy II nuevamente es la temática antropomorfa la que predomina, siempre de estilo esquemático, si bien en este caso se destaca una representación humana montada sobre un cuadrúpedo. En el sector 3 del abrigo aparece al menos una nueva figura humana esquemática aunque con una serie de convenciones o rasgos estilísticos muchos más estilizados. Así pues, un fino y largo trazo vertical hace de cuerpo y cabeza, la cual no se destaca mediante ningún tipo de tratamiento o engrosamiento. Las piernas aparecen representados por dos trazos oblicuos en forma de V invertida. Esta misma convención se empleó en la realización de dos pares de brazos o bien un par de brazos y adornos.

    Al Oeste de esta cavidad, se encuentra la de Barfaluy III, en cuyo sector 2 se representó un grupo de seis cápridos esquemáticos dirigiéndose a la izquierda y de una tonalidad negruzca. En todos ellos las convenciones empleadas fueron las mismas. Un trazo horizontal como cuerpo, sin que se destaque o represente la cabeza del animal, que tan sólo se reconoce por las dos líneas curvas paralelas que representan la cornamenta, mientras que cuatro trazos verticales más finos configuran las patas. A unos 15 centímetros por encima del grupo de cápridos y ligeramente desplazado hacia la derecha de éste, se observa la figura, parcialmente conservada y en la misma tonalidad oscura, de un ciervo macho con una gran cornamenta formada por un grueso trazo vertical y múltiples líneas cortas y finas que surgen de la anterior. 
    A unos 50 metros hacia el Oeste del conjunto anterior existe un abrigo de algo más de 10 metros de longitud por 4 de profundidad máxima en el que se constata la existencia de un grupo de digitaciones en color negro. Éstas forman alineaciones paralelas entre sí con un número variable de puntuaciones en cada una de ellas. Asimismo, se atestigua la presencia de un signo en forma de T, parcialmente conservado.






jueves, 2 de abril de 2020

ABRIGO DE CHIMIACHAS. ALQUEZAR (PARQUE CULTURAL DEL RÍO VERO)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (146-147), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
    El hallazgo de este abrigo se enmarca en el contexto de los trabajos de prospecciones intensivas realizados por el Museo Provincial de Huesca dirigidos por V. Baldellou, siendo dado a conocer en 1986 (Baldellou; Painaud y Calvo 1986).
LOCALIZACIÓN 
    Los abrigos se localizan hacia el curso medio del barranco que les da nombre, abriéndose en la margen derecha del mismo. El camino de acceso al abrigo levantino resulta hasta cierto punto complicado ya que es necesario recorrer el desarrollo del barranco que se va estrechando y haciendo más tortuoso conforme se avanza. Desniveles abruptos y altas y verticales paredes acompañan en todo momento al visitante al que le envuelve un paisaje con una frondosa vegetación de pinares salpicado de pequeñas fuentecillas a lo largo del sendero. 
    El abrigo se localiza en una zona alta del farallón rocoso que se ensancha en ese momento señalando la salida del estrecho por el que circulaba el sendero.
DESCRIPCIÓN
    En una especie de abrigo corrido orientado al Sureste y que alcanza los casi 20 metros de longitud y los 5 de profundidad máxima, se halla la única figura levantina que compone el conjunto de Chimiachas L. Se trata de una de las representaciones de ciervos más espectaculares de todo el arte levantino, una figura de 40 centímetros de longitud y orientada a la izquierda con una prestancia y detalle notables. La figura fue realizada mediante un grueso perfilado de la silueta en color rojo oscuro, la misma tonalidad que presentan determinadas partes de la anatomía del animal, como la cabeza, las astas o las patas. El interior del cuerpo, con evidentes signos de deterioro, se rellenó con una tonalidad rojiza más clara. 
   El evidente naturalismo empleado en la confección de la representación no cuestiona la estilización o tendencia a la simplificación de determinados tratamientos o detalles que se pueden intuir en un cierto alargamiento del cuerpo con respecto a las patas. Éstas resultan bastante naturalistas, esbeltas y delicadas con cierto tratamiento anatómico en el que se marcan los corvejones sin que el estado de conservación de las mismas permita observa otros detalles, como las pezuñas. El cuerpo aparece masivo y estilizado, con un gracioso tratamiento redondeado para los cuartos traseros en los que se adivina una pequeña cola. El cuello aparece erguido y da paso con elegancia a una cabeza de tendencia triangular y con detalles, como el morro, una oreja y el arco supraorbital. La cornamenta, de grandes dimensiones, aparece en perspectiva torcida y de tendencia naturalista en la plasmación de los candiles que se representaron en número de seis en ambas astas. 
    A unos cien metros del abrigo levantino y a los mismos 900 m.s.n.m., se encuentra el denominado abrigo de Chimiachas E, en el que tan sólo se conserva un único resto pictórico esquemático definido como digitación.




ABRIGO DEL FORAU DEL COCHO. ESTADILLA

ABRIGO DEL FORAU DEL COCHO. ESTADILLA

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)* CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (110-111), por Manuel Bea Martínez (Coordinador) *Editado por el De...