domingo, 29 de diciembre de 2019

ABRIGO DEL FORAU DEL COCHO. ESTADILLA

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (110-111), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
   Las pinturas fueron descubiertas en Agosto de 1984 por unos niños de Estadilla que darían la noticia a M. Abadía. La noticia transcendió rápidamente a la prensa con dos artículos en Nueva España, El periódico de Huesca y algo más tarde en Heraldo de Aragón. El estudio sistemático del conjunto fue realizado por A. Beltrán, quien publicaría una primera nota en 1987, para proceder a un tratamiento casi monográfico del conjunto dos años después (Beltrán 1989c).
LOCALIZACIÓN
    Desde el abrigo se domina un magnífico paisaje en el que se enclava en las cercanías de la estación decorada la ermita de la Virgen de la Carrodilla, con una magnífica explanada en la que se siguen celebrando las romerías que parten del pueblo de Estadilla.
DESCRIPCIÓN
   Si bien en la mayoría de las cavidades de la partida referida se muestran restos pictóricos inidentificables o definibles como manchas, trazos o restos, en el covacho VI se encuentra un interesante conjunto compuesto por múltiples dedadas de color rojo de tendencia alargada o bien en forma de puntos que se disponen en un caso alrededor de una figura de cérvido subnaturalista. Éste se representó con el cuerpo grueso, en el que se subraya un prominente abdomen, cuatro patas lineales sin rasgos anatómicos, un trazo lineal horizontal como cuello y una pequeña cabeza de tendencia triangular de la que surgen dos cortas líneas verticales con ramificaciones.
   A la derecha de la representación zoomorfa, en la zona central del abrigo, encontramos las representaciones esquemáticas de mayores dimensiones de todo el conjunto. Se trata de una agrupación de siete gruesos trazos verticales de color rojo carmín parcialmente afectados por diversos saltados de la pared. Varios de estos trazos se muestran unidos entre sí en su extremo inferior por una serie de elementos lineales horizontales de menor grosor y de los que, en determinados casos, parecen surgir unos trazos verticales muy cortos que, en algún momento, parecen otorgar a los elementos pictóricos una morfología de bastón o cayado. Prácticamente yuxtapuestos al trazo vertical ubicado en el extremo derecho del conjunto reseñado, se aprecian una serie de agrupaciones de puntos o dedadas dispuestas en hileras de cuatro o tres formando una especie de elemento cuadrangular. Por debajo de estos conjuntos se observan dos interesantes grupos de trazos curvilíneos  con la parte cóncava orientada a la izquierda. El primero de estos conjuntos está formado tan sólo por dos trazos paralelos entre sí, como si uno de acoplara al anterior, mientras que en el segundo caso son cuatro los trazos curvos que, con diferentes tamaños, parecen insertarse unos dentro de otros. A la derecha de estos trazos se aprecian otros de tendencia similar aunque orientados en sentido inverso.

   El resto de figuraciones del covacho se reducen a meras digitaciones que, nuevamente, aparecen agrupadas en gran número en el extremo izquierdo del mismo.
   No encontramos conjuntos esquemáticos afines al descrito en Aragón, tanto por su temática como por sus dimensiones, recordando vagamente a algunos de los elementos que acompañan a las figuras principales de las estaciones macroesquemáticas.
   Asimismo, resulta interesante la constatación de la existencia de pequeños elementos pictóricos de tendencia circular y de pequeño tamaño esparcidos por diversas zonas del panel y que podrían corresponderse con las salpicaduras de la pintura sobrante de la mano o pinceles con los que se confeccionaran las figuras y que hubieran sido sacudidas para limpiarlas.
   En el mismo estilo, aunque de menores dimensiones y en un pequeño covacho localizado a unos 15 m del anterior conjunto, fue realizado un cáprido cuya especie se identifica a partir de la cornamenta plasmada mediante dos trazos ligeramente curvos hacia atrás y paralelos entre sí.


sábado, 28 de diciembre de 2019

UNA PROPUESTA CRONOLÓGICA PARA LA FUENTE DEL TRUCHO

ARTE RUPESTRE EN ARAGON (1998-2018)*
El arte rupestre paleolítico en Aragón (52-53), por Pilar Utrilla Miranda 
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón
    En nuestra opinión, el arte parietal de la Fuente del Trucho se enmarca en momentos antiguos del arte paleolítico. En un primer horizonte arcaico, adscribible a un gravetiense, o incluso al auriñaciense a la espera de la datación de las costras que recubren las manos, habría que incluir las representaciones de manos rojas y quizá también las negras, si se aceptara su infraposición a las series lineares de puntos, tema que está en discusión [F. 8]Estas series, ya sean lineares o complejas y los signos pareados asociados a ellas no deben separarse demasiado de esta cronología, a juzgar por su posición en el primer horizonte de Llonín y en los paneles arcaicos de la parte terminal de La Garma. 
    Sería también antigua la cabrita, asociada a manos rojas, según la datación por TL y Uth de ejemplares similares procedentes de La Garma y Pondra. Por la misma razón pudieran ser también arcaicos los signos trilobulados del mismo panel, aunque no se descarta que éstos pudieran ser posteriores si el trilobulado ojival se superpusiera al caballo listado, tal como aparece en la figura 12.1..

  Entre los caballos, podrían catalogarse en torno al Solutrense medio los dos invertidos que se representan en el panel XII y el de morro alargado del panel VII, con base en la ausencia de detalles, la curva cérvicodorsal muy marcada y la convención de las patas en líneas paralelas abiertas, de acuerdo con la secuencia de Parpalló.
  En el último horizonte, del Solutrense final, se representaría el friso de los caballos listados con despieces y detalles bien marcados todos ellos con similar aire de familia (paneles VI y VII) y, como se ha comentado, quizá el trilobulado ojival asociado a uno de ellos.

  Todas estas etapas cronológicas tienen su representación en la cultura material que ha entregado la excavación del yacimiento [F. 17]. Es más, las dataciones absolutas procedentes de la excavación de Anna Mir, de 22.460±150 y 19.060±80, convienen a la perfección dos de los momentos propuestos para las pinturas (Mir y Salas, 2000) y en modo alguno a las industrias musterienses que ella excavó. Quizá las estructuras de combustión halladas en el lugar donde fueron tomadas las muestras, con postes y cubetas delimitadas por cantos (Mir, 1987), fueran realizadas por los pintores del Paleolítico Superior, quienes habrían perforado los niveles musterienses subyacentes. 
    Lo que no cabe duda es de que, una vez confirmada con fechas de C. 14 la ocupación gravetiense de la cueva, y quizá también la auriñaciense (como parecen indicar los raspadores en hocico del yacimiento) estaríamos ante un asentamiento al Sur de los Pirineos en una ubicación intermedia entre el poderoso foco de Seriñá en Gerona (La Arbreda, Reclau Viver) y los yacimientos de la Costa Cantábrica, entre los que destaca como protagonista la cueva del Castillo, con su muy antigua cronología. El yacimiento de la Fuente del Trucho sería así un punto clave en la ocupación de la Península por el primer hombre moderno, desplazando hacia el Sur hasta su total desaparición, al Hombre de Neandertal que había habitado la cueva durante las largas etapas de la cultura musteriense.


RUTA AL ABRIGO DEL FORAU DEL COCHO

  Manuel Bea Martínez y Paloma Lanau Hernáez (coords.).  Editado por IEA / Diputación Provincial de Huesca, 2021. ITINERARIOS A CONJUNTOS RU...