domingo, 5 de abril de 2020

TODAVIA NO HAY EVIDENCIA ARQUEOLÓGICA DE QUE LOS NEANDERTALES CREARON ARTE RUPESTRE EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Respuesta al artículo publicado en Science por Hoffmann et al. (2018), donde afirma que las pinturas más antiguas en cuevas de la Península Ibérica se crearon hace unos 65.000 años. Suscrito por 43 investigadores. 
Randall White, Gerhard Bosinski, Raphaëlle Bourrillon, Jean Clottes, Margaret W. Conkey, Soledad Corchón Rodriguez, Miguel Cortés-Sánchez, Marco de la Rasilla, Brigitte Delluc, Gilles Delluc, Valérie Feruglio, Harald Floss, Pascal Foucher, Carole Fritz, Oscar Fuentes, Diego Garate Maidagan, Jesús González Gómez, Manuel R. González-Morales, María González Pumariega Solís, Marc Groenen, Jacques Jaubert, Elena Man Estier, María Aránzazu Martínez-Aguirre, María- Ángeles Medina-Alcaide, Oscar Moro Abadía, Roberto Ontañón, Patrick Paillet, Stéphane Petrognani, Romain Pigeaud, Geneviève Pinçon, Frédéric Plassard, Sergio Ripoll López, Olivia Rivero Vilá, Eric Robert, Aitor Ruiz-Redondo, Juan F. Ruiz López, Cristina San Juan-Foucher, José Luis Sanchidrián Torti, Georges Sauvet, María Dolores Simón-Vallejo, Gilles Tosello, Pilar Utrilla, Denis Vialou, Mark D. Willis.
Cedido por Sergio Ripoll López. Es profesor titular de Prehistoria de la UNED. 


Resumen: Un artículo publicado en Science (Hoffmann et al, 2018) afirma que las pinturas más antiguas en cuevas ibéricas se crearon hace unos 65.000 años. Sin considerar la posible sobreestimación de estas fechas obtenidas por datación U-Th de costras de calcita superpuestas en las pinturas, los autores de este estudio concluyen que los neandertales fueron los primeros artistas, durante mucho tiempo antes del homo sapiens. Sin embargo, datos arqueológicos fiables recuperados durante los últimos cien años de depósitos estratificados, así como una serie de dataciones en pinturas con C14, crean serias dudas sobre esta conclusión. Aquí presentamos observaciones y argumentos que cuestionan la propuesta de que un signo rectangular en la cueva de La Pasiega, unas manos en negativo en la cueva de Maltravieso y estalagmitas pintadas de rojo en la cueva de Ardales fueron hechas por neandertales 20.000 años antes la llegada de los humanos modernos a Europa occidental.
Aclaraciones: el método U-Th de datación de la calcita que recubre las pinturas prehistóricas, requiere varios supuestos. El principal es que la calcita se comporta como un sistema cerrado (es decir, sin intercambio externo de materiales). Sin embargo, si el sistema está abierto y permite alguna pérdida de uranio, la edad puede sobreestimarse drásticamente. Sugerimos que este intercambio externo podría explicar la edad de 65 ka encontrada para las muestras extraídas de las cuevas ibéricas prehistóricas. La fecha de 65 ka y, por lo tanto, la hipótesis de un "arte neandertal", son contrarias a gran cantidad de investigaciones arqueológicas de las pinturas, bien documentadas, con datos estratigráficos y con datación directa por C14. Estos datos unidos indican que las representaciones pintadas paleolíticas más antiguas no son mayores de 40 ka. Las explicaciones y observaciones presentados aquí, son críticas con los argumentos planteados por Hoffman sobre los orígenes y evolución de las representaciones gráficas prehistóricas.
Palabras clave: arte rupestre paleolítico, datación uranio y torio, sistema abierto, sobreestimación de la edad, arte neandertal.
Introducción
Basado en la datación con uranio-torio (U-Th) de los depósitos de calcita que recubren pinturas en tres cuevas españolas que detallamos, Hoffmann et al. (2018) han planteado, que un signo rectangular en La Pasiega (Cantabria), unos registros de manos en Maltravieso (Cáceres) y las huellas rojas en estalagmitas de los Ardales (Málaga), tienen al menos 65.000 años de antigüedad. En consecuencia, afirman que los neandertales fueron los autores del primer arte figurativo en Europa. Esta propuesta es alarmante para muchos arqueólogos (Pearce y Bonneau, 2018) debido a las múltiples fuentes de error inherentes a este método de datación, en particular a la lixiviación del uranio, cuya consecuencia es una sobreestimación en la muestra de edades (Plagnes et al., 2003; Scholz et Hoffmann, 2008; Pigeaud et al., 2010: Borsato et al., 2013; Valladas y col., 2017). Sorprendentemente, Hoffman et al., no poner en tela de juicio estas posibles fuentes de error.
Los resultados presentados por Hoffmann et al., son especialmente impactantes, ya que contradicen un número de supuestos basados en más de cien años de investigación sobre el registro arqueológico del neandertal y del humano moderno. Los autores parecen abandonar todo el razonamiento acumulado basado en el conocimiento arqueológico, para depositar toda su confianza en mediciones fisicoquímicas. Esta actitud es aún más desconcertante dado que algunos de los coautores han criticado previamente “los abusos interpretativos derivados de la aplicación acrítica de los métodos analíticos de la -ciencia dura- al estudio del fenómeno del arte rupestre paleolítico” (Alcolea-González et González-Sainz 2015: 1). Las dataciones absolutas por estos métodos ciertamente han modificado algunas de nuestras ideas sobre la cronología del arte rupestre en Europa, pero estos métodos (incluida la datación U-Th) no están exentos de problemas.
Los métodos y el razonamiento subyacente a esta investigación recientemente publicada reflejan los de Pike et al. (2012). El título de su proyecto de la National Geographic Society "Datación U-Th de Pinturas rupestres paleolíticas en Europa: en busca del arte más antiguo de Europa", es revelador. El objetivo parece que no es resolver espinosas preguntas arqueológicas y paleoetnográficas, sino utilizar la datación U-Th de concreciones de calcita para obtener las fechas más antiguas posibles. En consecuencia, de las 54 muestras fechadas por Pike et al. (2012) dos tercios del total se encuadran en el Holoceno, no sorprende dado que la calcita se deposita en períodos húmedos, mucho tiempo después del acto de pintar. Solamente un tercio de las muestras dan fechas del paleolítico superior y solo una (41.400 BP para una mancha roja en el Castillo) podría corresponder al musteriense, lo que lleva a los autores a afirmar que, “no se puede descartar que las primeras pinturas fueran expresiones simbólicas de los neandertales”. De una gran cantidad de fechas ampliamente dispersas, solo se selecciona la más antigua para justificar el señuelo de un origen anterior al paleolítico superior para las pinturas rupestres.
En el artículo de 2018, es remarcable que la única fecha retenida para La Pasiega C es la de 64.860 BP, elegida entre 20 fechas mucho más recientes (tabla 1 y figura 1). No se considera la posibilidad de que esta fecha atípica pueda ser obtenida por lixiviación de restos de uranio, debido a las condiciones hidrológicas locales.
En realidad, muy a menudo, la calcita puede comportarse como un sistema abierto, ya sea continuamente o periódicamente. Por ejemplo, Scholz y Hoffmann (2008) mostraron que un piso estalagmítico en una cueva austriaca, reveló una fuerte anomalía en solo unos pocos milímetros, lo que llevó a la estimación de una edad esencialmente infinita (fuera de rango) resultante de un sistema brevemente abierto. Un sistema abierto puede resultar de la lixiviación de uranio debido a su solubilidad en agua o a la recristalización de aragonita en calcita (Lachniet et al., 2012). Estos fenómenos implican una simultánea disminución de la concentración de uranio. El hecho de que la concentración de uranio sea particularmente baja, en el caso de las muestras que dieron las fechas más antiguas en las tres cuevas españolas, casi con certeza, indica un sistema abierto (ver Tabla S4 en Hoffmann et al. 2018, materiales complementarios).
La falta de discusión científica de Hoffmann et al. (2018) basada en la arqueología, nos llevó a realizar una revisión de la totalidad de los datos disponibles, centrándonos en particular en los signos rectangulares y representaciones de manos. Para evitar distracciones, dejamos de lado la cuestión del simbolismo neandertal y de las capacidades cognitivas, a favor de un examen minucioso de la arqueología y la geofísica, hechos y observaciones. No hace falta decir que, si la datación de 65 ka es espuria, el reclamo de la autoría neandertal desaparece, sin prejuzgar si los neandertales eran capaces o no de tal comportamiento.
Conocimientos arqueológicos actuales
Sabemos por la arqueoestratigrafía y las muchas fechas obtenidas por diversas técnicas (C14, termoluminiscencia, OSL), que la "transición" de los neandertales a los humanos modernos se produjo en unos pocos milenios. En Europa occidental, las últimas fechas musterienses se encuentran entre 41 y 39 ka (Higham et al., 2014) y las fechas más antiguas para el auriñaciense son entre 43 y 41 ka, en Geissenklösterle en el Jura de Suabia (Higham et al., 2012). En el sur de la Península Ibérica, la “transición” es probablemente anterior a 42 ka (Wood et al., 2010).
Con respecto a las prácticas simbólicas, sabemos que los neandertales hicieron líneas incisas en hueso (Lorblanchet, 1999; Majkić, 2017; para una síntesis para Europa del Este). Documentado las intervenciones en cuevas, son muy raras. Se puede citar el posible grabado en piedra caliza en la cueva de Gorham (Rodríguez-Vidal et al., 2017) y las digitaciones en la cueva de La Roche-Cotard (Marquet et al., 2014). Pero ningún sitio musteriense ha revelado nada comparable al arte figurativo que se desarrolla alrededor de 40.000 BP en el Jura de Suabia (Floss, 2017), alrededor de 36.000 BP en la Cueva Chauvet (Quiles et al., 2016) y alrededor de 38.000 BP en el Vézère valle del suroeste de Francia (Bourrillon et al., 2017; White et al. 2012, 2017). Hay amplio consenso de que "el arte figurativo comienza en el momento en que los humanos modernos pueblan el planeta" (Lorblanchet, 1999: 265). Una "explosión artística" tuvo lugar en Europa cerca de 40 ka (Blanco 2000). Cualquier duda restante se refiere a un período muy corto de aproximadamente 42-40 ka cuando los últimos neandertales parecen haber coexistido con los primeros auriñacienses, aunque no hay interestratificación conocida (Bar-Yosef y Bordes, 2010).
No hace falta decir que este esquema cronológico se basa en la datación más reciente con C14, que puede ser mejorado y modificado a medida que avanzan las técnicas de radiocarbono. Sin embargo en el estado actual del conocimiento, las fechas U-Th son demasiado sensibles a las causas de error, al poner en duda una muestra de referencias arqueológicas basadas en cientos de sitios estratificados y fechas absolutas obtenidas durante décadas de investigación (Petrognani, 2013). Hoy existen más de 130 fechas directas del C14 para pinturas en cuevas y refugios decorados. Ninguna de esas imágenes pintadas y grabadas datan de más de 38.000 BP, aunque la datación del C14 ahora es capaz de alcanzar los 50.000 BP (Cottereau et al., 2007). Claramente, si se dataran pinturas por radiocarbono antes de 40.000 BP, tendríamos que tomarnos en serio la posibilidad de que fueran obra de los neandertales.
Las estalagmitas coloreadas de rojo de Ardales
En la cueva de Ardales (Málaga), las marcas rojas en los pliegues de una columna de estalagmitas datan de entre 40 y 65 ka por U-Th. Según los autores estas marcas corresponden a una fase inicial prefigurativa en el arte rupestre prehistórico, tal como ya lo habían propuesto para la Cueva del Castillo (Pike et al., 2012), atribuyendo así a los neandertales una capacidad simbólica limitada.
Es de destacar que las manchas rojas amorfas pueden resultar de gestos involuntarios (Medina-Alcaide et al., 2017). Mientras que, en Ardales, estos puntos no van acompañados de representaciones figurativas en la misma parte de la cueva, en Nerja, otra cueva malagueña, manchada de rojo, las estalagmitas generalmente se integran con animales, como en el caso de una cierva roja y un íbice en un espacio llamado Los Órganos. El suelo de este espacio estrecho esta datado con C14 en 24.140 ± 140 BP (Beta-277744) (Sanchidrián et al., 2013).
En Ardales, el hecho de que el U-Th arrojó fechas que van de 40 a 65 ka es visto por los autores como evidencia, en la misma columna de estalagmitas de una tradición cultural continua que dura 25.000 años (Hoffmann et al., 2018: 915). La hipótesis de fechas erróneas parece mucho más probable.
El lugar en la arqueología de los signos rectangulares de La Pasiega
Se obtuvieron más de 20 fechas U-Th para La Pasiega. La mayoría son recientes, algunas correspondientes al paleolítico superior, algunas más tarde. Se obtuvo una sola fecha atípica de 65 ka para el lado izquierdo de una sección rectangular en el panel 78, mientras que el lado derecho del mismo rectángulo produjo una fecha de menos de 3,1 ka (Fig. 2). Hoffmann et al. (2018) no producen ningún estudio geoquímico y petrográfico que pueda explicar cómo una concreción que es tan pequeña y tan blanca como las que la rodean, podría ser mucho más antigua que las demás.
Ni siquiera se considera la posibilidad de que la aragonita esté presente en algunas de sus muestras. Se sabe que la recristalización de la aragonita en calcita puede provocar una pérdida de uranio en la calcita neogénica que conduce a una sobreestimación de la edad U-Th (Lachniet et al., 2012). La aragonita es fácil de identificar por micromorfología o microscopía de epifluorescencia (Ortega et al., 2005) y fue identificada por espectroscopía Raman en tres de las muestras analizadas en la galería de los discos rojos en la cueva de El Castillo (D’Errico et al., 2016, información suplementaria, tablas S6, S7 y S8). Debido a la antigüedad obtenida en una muestra de La Pasiega, sería posible plantear la hipótesis de una calcitización o sustitución de la calcita por aragonita que podría explicar esta excepciona antigüedad.
El ordenamiento estratigráfico de las fechas U-Th obtenidas en la Pasiega es considerado por los autores como prueba de un sistema cerrado. Sin embargo, este argumento es problemático porque la edad mínima de la capa más externa es 50.5 ka, poco diferente de la capa más profunda (64.8 ka). Lo que haría esperar una edad mucho más reciente para la capa externa si el crecimiento hubiera tenido lugar hasta tiempos recientes en un sistema cerrado. ¿Por qué el crecimiento se detendría en 50 ka cuando las concreciones cercanas comenzaron su crecimiento después de 12 ka? Una evaluación geomorfológica y paleoclimática debe preceder a cualquier campaña para datar con U-Th.
¿La fecha de 65 ka es fiable a la luz de los conocimientos arqueológicos actuales? Los signos rectangulares constituyen una familia muy diversa de formas, presentes en toda la zona Franco-Ibérica. El análisis estadístico nos permitió distinguir un grupo caracterizado por una división tripartita del signo (Sauvet et al., 2017b). Las fechas disponibles sitúan la mayoría de estos signos tripartitos en el Magdaleniense. Los de Altamira han sido fechados directamente por C14 en 15.440 ± 200 BP (GifA-91185), y los de la cueva de Las Chimeneas en la misma colina, en 13.940 ± 140 BP (GifA-95230) por datación de una línea dentro del panel de los cuadriláteros. Claramente, el panel 78 de La Pasiega pertenece a esta categoría de signos.
Se requiere un estudio completo del panel 78 de La Pasiega C (Fig. 2) antes de aceptar que la muestra rectangular fue hecha por neandertales. Un estudio de todas las marcas antropogénicas debe ser realizado de acuerdo con los métodos actuales de estudio de arte rupestre (Fritz y Tosello, 2007) para conocer las técnicas y la secuencia de las líneas. Dicho trabajo debe ir acompañado de un estudio hidrológico y geomorfológico para reconstruir toda la historia del muro antes y después de las pinturas. En consecuencia, podríamos saber si los zoomorfos incompletos dentro del cuadrilátero se hicieron antes que el marco de su alrededor, como sugirió el primero de los investigadores (Breuil et al., 1913: 24). Tal conocimiento es esencial para probar la hipótesis de un trabajo de los neandertales.
Durante todo el Paleolítico Superior, hay una asociación frecuente de signos rectangulares y animales, por ejemplo, en Cosquer, en La Pasiega A, en el Castillo, en Lascaux y en Gabillou (Fig. 3). En esta misma galería C de La Pasiega, hay obras magdalenienses: un bisonte y una cabra montesa, ambos negros y datados respectivamente en 12.460 ± 160 (GifA-98165) y 13.730 ± 130 BP (GifA-98166).
Aceptar que el signo cuadrangular tripartito de La Pasiega y los animales dentro de él, podrían ser el trabajo de los neandertales, supondría una continuidad cultural y simbólica por más de 50.000 años entre diferentes grupos humanos que apenas habían tenido tiempo de encontrarse el uno al otro. En resumen, una sola fecha aislada separada de su contexto arqueológico, conduce a las más quiméricas interpretaciones.
Las huellas negativas de manos en la arqueología de las cuevas franco-ibéricas
Las huellas negativas son uno de los temas más emblemáticos de todo el arte parietal paleolítico. A menudo asociadas en los mismos paneles con figuras de animales, su cronología, basada en múltiples fuentes de datos, ha sido muy bien establecida a lo largo de los años (Jaubert, 2008; Feruglio et al., 2011; Floss y Ostheider, 2013). En la cueva de Cosquer, cinco de esas manos fueron fechadas directamente por C14 entre 24.840 y 27.740 BP (≈ 28.840-31.440 cal BP) (Clottes et al., 2005; Valladas et al., 2017a).
Del mismo modo, en otros lugares, el registro de fechas radiométricas obtenidas para la vecindad inmediata de huellas de manos negativas confirma un origen gravetiense para la mayoría de ellas: 6 manos que rodean a los caballos manchados de Pech-Merle: 24.640 ± 390 BP (≈ 28.700 cal BP) (GifA-95357) (Lorblanchet et al., 1995); un fragmento de hueso cerca de las manos negras en Gargas: 26.860 ± 460 BP (≈ 30.950 cal BP) (GifA-92369) (Clottes et al., 1992) en un contexto gravetiense vinculado a la fabricación de pigmentos (Foucher et al., 2010-2011); una mano roja tocando la espalda de un mamut en la cueva Chauvet: 26.340 ± 330 BP (≈ 30.500 cal BP) (GifA-101468) (Feruglio et al., 2011). En La Fuente del Trucho (Huesca, España), la totalidad de las pinturas en la cueva, incluidas 8 huellas negativas, ha sido fechado por U-Th, con edades mínimas, compatibles con gravetiense, que van entre 24.3 y 31.2 ka (Hoffmann et al., 2016: 53). En este caso, los resultados coinciden completamente con la evidencia arqueológica, haciéndolos aún más creíbles.
La Fuente del Trucho (Huesca). Los resultados U-Th coinciden con la evidencia arqueológica
Otras huellas de manos negativas en contextos del paleolítico superior datan con C14 entre 23 y 30.000 BP (≈ 27,500-34,000 cal BP), se pueden citar: la Grande Grotte d'Arcy, Tibiran, Les Fieux, Roucadour, Les Merveilles, Vilhonneur, Le Moulin de Laguenay, La Fuente del Salín, La Garma, Ardales (Doña Trinidad), etc. Finalmente, una huella negra negativa en una losa de piedra caliza fue encontrada en un nivel gravetiense en Abri Labattut en el SO de Francia (Delluc y Delluc, 1991).
Esta muestra grande y coherente de datos temporales para huellas negativas, obtenida por múltiples técnicas de datación, proporciona un rango cronológico relativamente bien definido. El peso de estos datos, hace más improbable, la edad mínima con U-Th de 66.700 años atribuida a una huella negativa de Maltravieso. Una vez más, esta fecha se elige entre fechas muy dispersas encontradas a pocos centímetros de distancia. Crea más dudas el hecho de que la cueva española contiene huellas de manos con dedos acortados que no tienen equivalente, excepto, en el gravetiense en Gargas y Tibiran (Altos Pirineos) en el lado francés de los Pirineos y en el lado español, en La Fuente del Trucho y Cudón. Este motivo excepcionalmente raro parece restringido a un corto período de tiempo.
Suponer que las técnicas complejas que implican la preparación de pintura líquida y la proyección alrededor de una mano con dedos deliberadamente escorzados, para plasmar la huella en la pared podría haber sido transmitida por poblaciones bioculturales muy diferentes durante 40.000 años, nos parece mucho menos probable que la hipótesis de un sistema abierto, que explique las fechas atípicas tanto en La Pasiega como en Maltravieso.
La necesidad de confirmar las fechas U-Th por otros métodos
Controlar las diferentes causas de la alteración posdeposicional de los velos de calcita, es esencial, para aplicar métodos independientes a las mismas muestras (Pons-Branchu et al., 2014; Sauvet et al., 2017a). El Laboratorio de Ciencias Climáticas y Ambientales en Gif-sur Yvette ha llevado a cabo dicha investigación recientemente (Quiles et al., 2014; Sanchidrián et al., 2017; Valladas et al., 2017b). Los resultados son inequívocos al mostrar que los delgados velos de calcita en las paredes de las cuevas son especialmente susceptibles a la lixiviación de uranio. El método del laboratorio consistió en fechar las mismas muestras por dos métodos diferentes e independientes, acoplamiento U-Th y datación C14 del carbonato en la misma concreción muestreada. Una de las muestras analizadas muestra una edad de 60.276 BP por U-Th y 33.769 - 27,491 cal BP con C14, dependiendo del nivel de carbono muerto utilizado en el cálculo (Valladas et al., 2017b).
La diferencia de 26.500 – 32.800 años entre los dos métodos, solo puede explicarse por un sistema abierto. Sin embargo, otra muestra nos proporciona buena correspondencia entre los dos métodos, lo que implica que, en este segundo caso, el sistema permaneció cerrado. En suma, los resultados U-Th pueden ser interesantes y valiosos siempre que se validen de forma independiente. En ausencia de tal confirmación, los resultados siguen siendo especulativos y poco convincentes.
Se ha sugerido el uso de un tercer elemento, el protactinio (Pa), para probar si el sistema había estado parcialmente abierto. Más complicado de aplicar, el sistema U-Th-Pa, sin embargo ofrece un medio eficaz para evaluar la pérdida o ganancia de uranio a lo largo de la historia del material datado (Cheng et al., 1999; Dickin, 2018).
Una posibilidad adicional es unir U-Th y la datación por termoluminiscencia (TL). En la Garma (Cantabria) una hebra de calcita que recubre un íbice rojo fue fechada por estos dos métodos (González Sainz, 2003). Tres fechas U-Th oscilan entre 26.000 y 28.800 BP, mientras que la TL da una edad de 34,200 ± 3850 BP. La precisión de TL es mediocre, pero los resultados no contradicen significativamente las fechas U-Th, que parecen aceptables en este caso.

Conclusiones
Se pueden sacar cinco conclusiones.
1)   Como muchos estudios han demostrado, los resultados del U-Th son sensibles a la lixiviación de parte del uranio, lo que lleva a una sobreestimación de la edad. Por ejemplo, en la cueva Mayenne-Sciences (Mayenne), la datación en U-Th de la capa más reciente de calcita cerca de un bisonte pintado, ha producido una fecha de 54.800 ± 585 años, en total contradicción con la edad gravetiense de pinturas en negro datadas con C14 en 24,220 ± 850 BP (GifA-100647) y 24,900 ± 360 BP (GifA-100645) (Pigeaud et al., 2010). Los autores de este estudio consideran que la fecha U-Th es excesivamente antigua, resultado de la lixiviación de parte del uranio (movilización secundaria de uranio).

2)   La conciencia de esta importante fuente de error impone un protocolo mediante el cual los valores obtenidos por el U-Th, para ser creíbles, deben verificarse con otros métodos independientes y siempre que sea posible con los resultados obtenidos por otros laboratorios en la misma muestra.

3)   Bajo ninguna circunstancia se deben aceptar edades de hasta 65-70.000 años, para trabajos de arte parietal basados únicamente en fechas U-Th sobre calcita suprayacente. Tales fechas están en contradicción con abundantes datos arqueológicos rigurosamente fechados con C14. Curiosamente, los neandertales ocuparon la cueva de Bruniquel (Tarn-et-Garonne) construyendo estructuras complejas de estalagmitas, pero sin dejar rastro de actividad gráfica (Jaubert et al., 2016).

4)   El contexto arqueológico y el razonamiento deben ser parte del proceso. Una lectura atenta de los paneles arqueológicos que se datan, debería detener aseveraciones como la de La Pasiega, donde dos lados opuestos de la misma forma geométrica, se aceptan como pintados con más de 60.000 años de diferencia, en ausencia de una explicación geológica de la datación U-Th de esta anomalía.

5)   En cada caso, los estudios geomorfológicos y paleoclimáticos deben acompañar tales afirmaciones basadas en fechas U-Th de gran antigüedad, para dar cuenta del posible hiato de crecimiento de la calcita y la aparente discrepancia con las dataciones de concreciones muy cercanas.

Las causas de error hasta ahora demostradas por numerosos estudios y las expectativas de nuevos resultados obtenidos por otros métodos, hacen que las fechas planteadas de alrededor de 65.000 años para las pinturas prehistóricas en las cuevas ibéricas, y como consecuencia, su atribución a los neandertales, deben ser tratadas con extrema precaución. Las fuentes de error conocidas, pueden resultar a menudo adversas para la sobreestimación de edades U-Th, por lo que es prematuro y científicamente injustificable, el comenzar una profunda revisión de la historia de la humanidad y de la evolución de lo simbólico, basada únicamente en la datación de algunas expresiones gráficas en tales fechas. En resumen, todavía no hay evidencia arqueológica de que los neandertales crearon arte rupestre en la península Ibérica.

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Traducción Google & Ardanuy, M. (abril 2020)

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