lunes, 2 de marzo de 2020

ABRIGO DEL PLANO PULIDO. CASPE (ZARAGOZA)

ARTE RUPESTRE EN ARAGÓN (1998-2018)*
CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (194-195), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón

HISTORIA
    Abrigo conocido por las gentes del lugar desde tiempo atrás, fue descubierto por H. Cortés, vecino de Caspe, en los años cuarenta del siglo XX, dándolo a conocer a J. J. Eiroa en 1983. Ese mismo año se publica el conjunto en los Cuadernos de Estudios Caspolinos. Posteriores trabajos arqueológicos en el abrigo se han centrado esencialmente en la excavación del yacimiento ubicado en sus proximidades.


LOCALIZACIÓN
    La estación se encuentra a unos 20 kilómetros de Caspe, en la denominada partida de Civán, si bien se puede acceder en coche hasta el mismo pie del abrigo decorado. Sin embargo, la ruta a seguir puede desorientar al visitante que no conozca la zona. Así, saliendo de Caspe con dirección a Tarragona se debe tomar la carretera hacia la Zaragoceta, población que se dejará atrás para alcanzar el desvío con la carretera de la Confederación Hidrográfica del Ebro en dirección a Alcañiz. En el kilómetro 14 se abre a la izquierda un camino de tierra y grava que una vez tomado hay que seguir hasta alcanzar una pequeña caseta de piedra situada al pie del camino.
    La estación se ubica en la zona de la Hoya de Navales, inserta en un precioso sistema de plataformas de paleocanales rodeado de extensos campos de cultivo. Las pinturas se localizan en un pequeño taffoni de 81 centímetros de anchura por 49 de altura y 39 de profundidad protegido por una verja. En él encontramos hasta seis figuraciones, de las que cuatro se corresponderían con cérvidos y una con un antropomorfo.

DESCRIPCIÓN
    La figura mejor conservada se corresponde con un gran cérvido macho mirando a la izquierda, de un delicado tratamiento naturalista, y con unas dimensiones que van de los 25 centímetros de longitud a los 47 de altura. El detallismo y cuidado en el tratamiento del mismo se evidencia en las proporciones correctas de su figura, la delicada representación de las patas, en las que se plasman las pezuñas de perfil y se marca el corvejón o en la figuración de las orejas y cornamenta. Su estado de conservación resulta aceptable, si bien ha sido objeto de diversas acciones vandálicas, habiendo sido empleado como blanco de las escopetas de cazadores. 
   La figura ocupa la parte central de la oquedad, disponiéndose alrededor de la misma el resto de representaciones. A pesar de la mala conservación de las pinturas, con la excepción del ciervo principal, según algunos estudiosos no todas las representaciones serían atribuibles al arte levantino clásico, si bien se constataría la existencia de otro cérvido macho de estilo naturalista y del que se conserva tan sólo parte del pecho, cuello, cabeza y las dos astas. Esta figura se encuentra muy afectada por una
grieta natural que ha afectado a su conservación. Asimismo, a la izquierda del ciervo principal, se representó una graciosa cierva, menos naturalista que los anteriores cérvidos, realizada en color rojo bastante desvaído. El animal se pintó orientado a la izquierda, con el cuello y la cabeza en alto, marcando dos largas orejas en V, con las patas rígidas y sin detalles, un prominente abdomen que podría indicar su estado de gravidez, y la pequeña cola levantada, en lo que se podría definir como una postura de alerta. Un poco por debajo y a la derecha de la cierva, se conservan parcialmente los cuartos traseros de un nuevo cuadrúpedo de pequeñas dimensiones.
     Junto a las representaciones animales, se ha destacado la posible existencia de restos pictóricos atribuibles a una figura humana estilizada que podría portar un arco. 
     La importancia de este abrigo decorado no sólo radica en que es el único con arte levantino en la provincia de Zaragoza, sino también en el interesante yacimiento con el que cuenta a escasos metros. En 1990 se realizaron dos sondeos que aportaron una valiosa información. Así, en el corte II se pudieron reconocer hasta 7 niveles diferentes (a1, a2, b1, b2, b3, c1 y c2). Las series “a” y “b” ofrecieron un importante número de restos líticos entre los que destacan los geométricos abruptos y de doble bisel, algunos de ellos segmentos, microburiles, raspadores, núcleos, denticulados..., pero también cerámicos: restos con decoración de cordones, lisas, constatándose tan sólo en el nivel b2 fragmentos cardiales que no aparecerán en el inmediatamente inferior. Los dos últimos niveles (c1 y c2) son los únicos en los que no se recogieron restos cerámicos, clasificándose como una ocupación anterior al neolítico aunque todavía no definida culturalmente.





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