jueves, 4 de junio de 2015

ARTE RUPESTRE DE LA SIERRA DE ALBARRACÍN. NUEVOS ANÁLISIS Y PLANTEAMIENTOS

5. CENTRO DE LA UNED DE BARBASTRO. CURSOS DE VERANO 2015. DEL 29 DE JUNIO AL 3 DE JULIO: LA PREHISTORIA ARAGONESA. HOMENAJE A VICENTE BALDELLOU
Resumen sesión 5, martes 30 de junio de 2015
Ponente: Manuel Bea Rodríguez*. Profesor de Prehistoria. Universidad de Zaragoza.
ARTE RUPESTRE DE LA SIERRA DE ALBARRACÍN. NUEVOS ANÁLISIS Y PLANTEAMIENTOS.
Desde 2012 hemos llevado a cabo diversos proyectos de investigación (financiados por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, MECD) centrados en el estudio y documentación integral de 20 conjuntos rupestres Patrimonio Mundial de la Sierra de Albarracín, en los municipios de Albarracín, Bezas y Tormón, así como de otros 16 conjuntos no incluidos en la Declaración, con un total de 36 estaciones rupestres y más de 275 unidades gráficas. A partir del análisis de los conjuntos (para los que se ha realizado la documentación geométrica, fotográfica y elaboración de nuevos calcos digitales) hemos podido constatar una amplia serie de particularidades temáticas, cromáticas, estilísticas, de distribución geográfica de los abrigos y de los motivos dentro de éstos. Estas características nos hacen plantear la consideración del núcleo rupestre de la Sierra de Albarracín como un espacio con significación propia y, desde un punto de vista más amplio, la necesidad de plantear una redefinición del propio término de arte levantino.
Representaciones de bóvidos de grandes dimensiones: 1 a 8. Cocinilla del obispo. 
9 a 14. Prado del Navazo.
Resulta harto difícil poder realizar apreciaciones categóricas de carácter crono-cultural acerca de las manifestaciones rupestres postpaleolíticas, atendiendo a la imposibilidad de su datación absoluta fiable y partiendo de la existencia de diferentes ciclos con tendencias estilísticas afines que apuntan a un panorama artístico mucho más complejo que el simplificado entre el arte levantino, y también  del esquemático.
A pesar de los numerosos intentos de clasificación y ordenación cronológica relativa, casi siempre se ha considerado que toda representación de tendencia naturalista y de cronología postpaleolítica debía ser englobada dentro del amplio término de “arte levantino”, tratando de encontrar acomodo, en ocasiones forzado, para cada motivo en alguna de las fases de desarrollo planteadas para el mismo. La propia inercia generada por la idea de que todo lo naturalista postpaleolítico debía ser, por fuerza, considerado como levantino, ha llevado a convertirlo en un verdadero “cajón de sastre” en el que se incluyen representaciones estilística y temáticamente muy distintas.
En general, se ha tratado de establecer una evolución lineal para el arte levantino, contemplando la existencia de fases evolutivas diacrónicas para el mismo que ayudan a organizar un, cada vez más, basto número de motivos diferentes. Consideramos que la problemática no radica sólo en nuevas perspectivas de análisis de los conjuntos rupestres sino también, y sobre todo, en la propia definición del cuerpo teórico y terminológico empleados por la tradición investigadora.
El arte levantino es un ente complejo, preñado de conceptos terminológicos e ideas preconcebidas que, con el paso del tiempo y con los nuevos descubrimientos, sólo pueden conducir a enmarañar todavía más su propia definición.
Representaciones de antropomorfos: 1 a 5. Prado del Navazo. 6 a 7. Abrigo de Lázaro. 
10 a 14. Barranco del Pajarejo.
El análisis de los conjuntos rupestres de la Sierra de Albarracín nos puede ayudar a ejemplificar la complejidad aludida, realidades divergentes que se han tratado de explicar como parte de un todo global cuyas diferencias estarían en función o bien de fases evolutivas de un mismo estilo o bien como factores regionales o étnicos diferenciadores. La propia concepción del arte levantino como una especie de frontera conceptual ha impedido contemplar también la posibilidad de que podamos estar delante de diferentes procesos artísticos o ciclos propios de momentos cronológicos y filiaciones culturales diversas que tendrían como nexo de unión el gusto por la tendencia naturalista de las representaciones.
Los conjuntos estudiados abren un nuevo horizonte interpretativo para la Sierra de Albarracín en particular y para el arte rupestre levantino en general, que nos invita a considerar la necesidad de tratar de establecer una redefinición terminológica y conceptual para el propio concepto de arte levantino.

* Investigador “Torres Quevedo” (MINECO + 3D Scanner, spin-off Universidad de Zaragoza. Grupo “PPVE” Área de Prehistoria, Universidad de Zaragoza)



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