CATÁLOGO DE YACIMIENTOS DE HUESCA (135-139), por Manuel Bea Martínez (Coordinador)
*Editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón
HISTORIA
Los abrigos decorados fueron descubiertos en el contexto de las prospecciones arqueológicas dirigidas por V. Baldellou desde el Museo Provincial de Huesca a principios de la década de los ochenta del siglo XX. Desde el momento de su descubrimiento, el mismo equipo del Museo se encargaría de documentar y analizar las representaciones pictóricas concluyendo los calcos de las mismas en 1986-1987 (Baldellou 1991b: 15). Sin embargo, todavía no se ha publicado la monografía de estos abrigos rupestres, si bien sus contenidos aparecen referidos en diversos trabajos de síntesis sobre el arte prehistórico del río Vero (Baldellou 1983, 1984, 1984-1985, 1989b, 1991a; Beltrán 1993).
DESCRIPCIÓN
El abrigo de Litonares L contiene representaciones de estilo naturalista o levantino. Se trata de una pequeña cavidad de unos cinco metros de longitud por apenas tres de profundidad máxima y bastante baja en altura. Las paredes se encuentran muy ennegrecidas por haber servido de refugio para pastores, elemento que afecta, junto a las exudaciones naturales de la roca y diversos desconchados a la conservación de las pinturas. El conjunto principal está compuesto por más de veinte figuraciones, muchas de ellas definibles como digitaciones o manchas de color informes. Sin embargo, es posible reconocer una serie de representaciones de estilo levantino y subnaturalista.
En la zona izquierda del panel decorado, en la parte inferior, se aprecian dos posibles antropomorfos esquemáticos en Y invertida, en los que no se reconocen otros detalles anatómicos. A la derecha de éstos, a escasos centímetros, se pintó un ciervo subnaturalista orientado a la derecha con un cuerpo masivo y morro prominente y caído, con cuatro trazos lineales agrupados en pares para señalar las patas y dos astas bastante toscas compuestas por sendos trazos lineales de los que surgen otros más cortos que dan forma a los candiles.
Por encima de estas figuras aparece una interesante agrupación compuesta por un antropomorfo y dos cuadrúpedos. La figura humana se localiza entre las dos representaciones animales. El antropomorfo, al que le falta la cabeza, fue pintado con las piernas abiertas y los brazos en cruz, sin grandes detalles anatómicos, si bien el brazo derecho parece portar un instrumento lineal y fino que podría interpretarse como una especie de bastón o incluso como un arco al que le faltara la parte superior, circunstancia que permitiría interpretar a esta figura como la de un arquero. Los cuadrúpedos fueron realizados siguiendo criterios bastante naturalistas en los que destacan las buenas proporciones de las diversas partes del cuerpo. En uno de ellos, el ubicado más a la derecha, se aprecia el arranque de unas astas que permite identificarlo como un cérvido.
La mala conservación de las pinturas impide reconocer si las dos representaciones de cérvidos naturalistas en color rojo conforman una escena con la figura humana.
En el otro extremo del abrigo se localiza otra interesante agrupación. Nuevamente, una figura humana y un conjunto de animales podrían conformar una posible escena. El antropomorfo, orientado a la izquierda, resulta bastante estilizado, con largas piernas y un cuerpo alargado y de tendencia triangular invertida, cabeza globular de pequeñas dimensiones y brazos caídos a lo largo del cuerpo sin que parezca portar elemento alguno. Tres son las figuras animales observables, todas ellas orientadas a la derecha. La primera sólo conserva los cuartos traseros y parte del cuerpo, mientras que las otras dos se conservan prácticamente enteras. La de mayores dimensiones es también la mejor conservada y se define por tener unas patas elegantes y bien modeladas en las que es posible observar hasta los corvejones, un cuerpo bien proporcionado, cuello largo y fino y una cabeza de tendencia triangular en la que parecen pasmarse las orejas. Son estas características formales las que permiten identificar esta figura como la de una posible cierva. Pegada a esta figura, en su parte superior, aparece la de otro cuadrúpedo de menores dimensiones y de la que se ha perdido todo el tercio delantero.
Las otras dos cavidades, Litonares E1 y E2, ubicadas en la misma partida que el conjunto levantino, cuentan con trazos de carácter esquemático mal conservados y, como ha señalado V. Baldellou, poco significativos (Baldellou 1991b: 15). Junto a éstas, existen hasta otros cuatro cavidades con figuraciones esquemáticas, Litonares E3, E4 o Ereta de Litonares, E5 y E6, todavía inéditos y en proceso de estudio en los que se constata la presencia de restos informes de color, digitaciones e incluso seis antropomorfos en Litonares E4.
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